¿Quién o Qué?

Una conmoción sorda y lamentablemente no muda, arrastra mis huesos de la gran máquina al barco de mi cama, ese colchón roído y sucio, apenas disimulado por las sábanas que nos recuerdan impacientes... pero no volverás, tú no. Yo soy ya esas sábanas.

domingo, 7 de octubre de 2007

Hoy es Martes 9 de Octubre de 2007

La fecha está errada, ha sido menester aclararlo porque mi antigua obsesión por registrarlo todo me lo reclama, la entrada fue creada en otra fecha, pero sólo con fines pragmáticos, en aras de un etiquetado que resultó contraproducente... no importa.

Hoy es 9 de octubre y regreso de una clase de risa, literalmente. Nana Celia me ha contado sobre su matrimonio de 36 años con un tipo que por 25 la engañó (al menos con la mujer que se le conoce, aunque también se sabe que ha tenido muchas y que es afecto a las chiquillas de carnes tiernas), sigue deprimida, descubrió todo gracias a un agente investigador que le entregó casi un kilo de fotografías donde quedaban claras las andanzas "sinvergüenzas" del marido, quien vivió siempre a menos de 200 metros de la casa de Nana Celia. Me explico:

Nana Celia siempre ha trabajado. A los 9 años el padre muere y ella hasta la fecha se lamenta porque creció "sin un hombre en la casa". Fue empleada de Teléfonos de México (hoy TELMEX de Carlitos, el ser más pobre de esta tierra) por más de 30 años, al marido lo conoció de barrendero en la oficina, pero gracias a los constantes esfuerzos de ella (que posiblemente no descartaron los ámbitos puramente sexuales) en el trabajo, logró colocar al susodicho muy bien y éste se jubiló como gerente (con una pensión como pocas). Nana Celia es buena para los negocios, pero siempre todo lo obtenido fue a parar a los bolsillos del señor, las oportunidades laborales conseguidas se las entregó a él, etc. Así, a pesar de haber criado sola a los hijos, de mantener sola la casa, hacer dinero sola con los negocios suyos y demás experiencias solitarias contra el mundo, Nana Celia no se acostumbra a "estar sola" ahora que es divorciada. Un dolor muy grande la marchita...

El marido decía siempre que estaba trabajando fuera y nunca vivió con ella y los tres hijos que concibieron. Estaba en frente, cruzando la avenida, en un departamento muy acogedor con la que en principio fuera su secretaria. Al ver las fotos y reportes que le entregó el investigador privado, Nana Celia no pudo contener el vómito que no la liberó.

Todos los días ella pedía "bendiciones al cielo" para su marido, al que ama tanto, pero que nunca podría ya perdonar. Él logró convencerla de "lo natural" de su condición, en todo momento prefiriendo "que haya un hombre en la casa, que los hijos tengan un padre" a "estar sola". El hombre se escondía a unas cuadras de la casa y Nana Celia nunca lo notó. Ella no se explica cómo es que pasó, guardó el secreto del descubrimiento largos meses hasta que el marido encontró la investigación y se indignó, acusó a Nana Celia de "arpía" y se marcho. Le firmó el divorcio soberbiamente, sin leerlo y gracias a que otro hombre, el abogado, "es tan inteligente", Nana Celia se quedó con las 2 casas que finalmente sólo ella construyó. El señor ahora se quiere matar, pero su pensión y las chamacas, se lo impiden; la otra mujer vive contenta, con propiedades y bienes muebles pagados con manos de Nana Celia y firma del marido, que están a su nombre.

Nana Celia no alcanza a ver que en el fondo admira a esa otra mujer y que la contradicción que le reporta el haber "dejado en la calle" al marido es profunda. Nana Celia hace mucho ejercicio y se va a operar las várices pronto, estudia conmigo en la clase de Severo y siempre se confunde, hoy me provocó un ataque de risa muy comprometedor, extrañamente me aprecia, aprecia a todos, incluido su ex-marido.

Desearía que me odiara, me haría mucho bien.

Pero Nana Celia es una mujer abnegada y siempre me amará.

La clase estuvo muy tensa, como única alumna impuntual (hasta la más impuntual, casi grosera, llegada de Nana Celia) y poco estudiosa, me volví a encontrar con ese sentimiento de remordimiento, de ganas de esconderme eternamente para no tener que buscar ansiosa la respuesta a las preguntas de vocabulario, de cansancio extenuante y de sueño. Y que conste que la materia que estudiamos en clase es una de mis cosas favoritas del momento. Pero Severo es tan severo. Y sí, dormí únicamente 2 horas, me desperté, bañé, no desayuné y llegué tarde, ahora debería estar dormida o comiendo, pero Nana Celia me puso de humor chismoso y me siento con la responsabilidad de contar partes de la historia que a lo largo del recorrido de regreso a casa, me platicó amena e inconexamente, con esos altibajos emocionales y de coherencia estructural, matices de entonación cuasi neurótica, eyecciones de sublime catarsis y franca locura, que caracterizan a los personajes que me rodean y que sólo en mí ven cumplidas sus aspiraciones de perfección, aunque yo no tenga nunca nada que contar...

Creo que le tengo aprecio a Nana Celia, es que hoy me ha dado un "yakult" y me invitó dos tacos de guisado a la hora del receso.

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