¿Quién o Qué?

Una conmoción sorda y lamentablemente no muda, arrastra mis huesos de la gran máquina al barco de mi cama, ese colchón roído y sucio, apenas disimulado por las sábanas que nos recuerdan impacientes... pero no volverás, tú no. Yo soy ya esas sábanas.

domingo, 7 de octubre de 2007

De lo que le dijo un recuerdo hostil a su amo

Una furia y muchas más se ciernen sobre las moscas de tu cadáver, en el trabajo nadie te habla, estás a punto para la pesadilla... tus insectos revolotean temerosos y uno es atrapado por esas bocas nuestras.

"- Pues a nadie la parece extraño que lleve yo dos metros de tripas a modo de corbata.

- No, tienes mucha razón, a nadie le parece extraño. ¡Qué extraño!..."

Cuando alguien te habla, señor, sólo es para decirte que de especial no tienes nada, que nada tienes. Y piensas "Pero es que de verdad que no me acuerdo de esto, ya no más tabletas para amainar mis tristezas, si ni tristezas tengo" y el eco del cubículo de 2x5 en que pasas mis días te repite: "...verdad...nada...tabletas...amainar...tristezas....tengo..."

Sólo porque soy un recuerdo hostil, te sientes con el derecho, señor, de mirar la cabellera rubia de la vecina, y cuando la breve pero infranqueable pared de tablaroca te lo permite, le miras los pechos... y yo me río.

Porque todas son unas zorras, menos nuestra madre.

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